Lola, divorciada y madre soltera
19 junio, 2008

Y abogada del Estado.
María Dolores de Cospedal, 42 años, seria, discreta, moderna, madre de un niño cuya paternidad se fraguó en una probeta de cristal a cambio de unos cincuenta euros, es la nueva secretaria general del PP, con un par (siempre he opinado que la paternidad es algo circunstancial y/o accidental, me disculpen los defensores de la familia tradicional). Lola se pasó la baja maternal por el forro y siguió en el tajo sin hacer ostentaciones de algo tan maravillosamente natural como es la maternidad.
Y Mariano tan campante, dando por detrás y por delante.
Nos hacía (mucha) falta esta involución.
No se pierdan los rebuznos de Fede. Le va a dar algo. Ay, qué mala racha lleva este hombre con lo que vale.

El circo
23 May, 2008

Los argumentos que Fede esgrime para descalificar a Mariano «el comunista» (permítame el hipotético lector que esboce aquí una amplia y premeditada sonrisa) se sustentan en la presunta defensa que medios progres como el País, Público o la Vanguardia hacen del candidato pepero, circunstancia ésta que al parecer evidencia que Rajoy es un tipo blando, imbécil, incapaz de sacar adelante un proyecto sólido como se debe, es decir: poniendo los huevos sobre la mesa y cagándose en los muertos de la oposición sí o sí. Para colmo, el inútil de Mariano se ha desmelenado y tras nombrar portavoz a una advenediza joven y aficionada con nombre pagano , ha largado que tiene un lugar privilegiado reservado a su diestra (¿o será la siniestra?) para el enemigo público número uno de España, es decir, para Gallardón. Otrosí:un Fraga sospechoso de sedición -ya que nadie tiene huevos para acusarlo de enfermo senil- ha rematado la faena apoyando públicamente a semejantes elementos.

La San Gil ya ha firmado las galas para este verano. Se ha ido de gira junto a Ortega Lara por los medios afines para declamar su ideario mientras el populacho se busca la vida con sus hipotecas, sus facturas, el gasoil, la cesta de la compra y todas esas minucias. El sufrido contribuyente, el votante, el ciudadano que alimenta tanto a los medios como a la pandilla de alimañas vanidosas que lo representan, sufre en sus propias carnes otra forma de terrorismo, si se me permite la licencia literaria. Se trata de víctimas que asisten impotentes a este circo; mártires a los que se les amputa mensualmente una pasta; damnificados con las nóminas dinamitadas, heridos que sudan sangre para llegar a fin de mes; currantes con las ilusiones y las aspiraciones seriamente lesionadas que asisten incrédulos a la representación de este bochornoso espectáculo.

Federico Jiménez Losantos
7 May, 2008

¡Mi antaño adorado Fede!
El otro día lo vi en uno de los accesos a la estación mientras me fumaba un pitillo y le dirigí una media sonrisa. Hombre, don Federico, ¿cómo está usted? Bien, bien, gracias, me esbozó un tanto perplejo. Iba con prisa y le acompañaban dos gorilas cincuentones… o tal vez no fueran gorilas, ahora que caigo, sino simples damos de compañía de su excelencia. Pensé que íbamos a coincidir en el mismo vagón (no creo que Fede viaje en turista, con perdón) pero no hubo suerte. Luego decidí que mejor así, que «la ETA» (sic) podría haberle metido fuego al tren y yo estrenaba unos zapatos ideales, poco adecuados para salir volando por un precipicio a la altura de Despeñaperros.
Coincidimos de nuevo unos minutos más tarde. Esta vez yo también iba acompañada de mi gorila particular, un armario empotrado de casi dos metros de altura envuelto en retales de Façonnable. Volví a sonreír a mi antaño adorado Fede, que me devolvió el gesto tras dirigir una mirada complaciente y fugaz a mi remacizo acompañante. Supongo que le agradó su apostura. No tengo yo a Losantos por amanerado ni mucho menos aunque las malas lenguas se hagan eco de algún chisme malicioso en ese sentido. Fede es un ilustrado, un alma cultivada exquisitamente sensible. Tal vez lo reconoció como «uno de los nuestros«, que ya se sabe que la derecha es muy suya y muy selecta.
No pudo ser. Federico y yo no viajamos juntos aquel día. Snif. En cualquier caso mi ‘gorila’ me dejó claro el asunto con antelación: «a mí no me vayas a dar el viaje que te conozco, deja a ese (buen) hombre tranquilo. Oye, qué bajito es ¿no?»
– Es que tú eres muy alto, contesté yo, pero fíjate, no cojea, aunque las hordas de la izquierda lo apoden ‘Fedeguico el cojo’ con desprecio. De todas formas tiene una forma de mirar… no hay duda de que se trata un iluminado. Qué lástima que se haya convertido en el mamporrero de Pedro J.

Se cree el ladrón…

María Cristina me quiere gobernar
28 marzo, 2008

Mar�a CristinaUna respetable freelance le ha metido las cabras en el corral a Federico Jiménez Losantos. (Audio pinchando en el texto)
Todavía no he decidido si la buena señora está en sus cabales o no, ya que me producen cierta desazón sus inquietantes risillas finales. En cualquier caso, aunque no existan razones de peso para dudar de las buenas intenciones de Cristina, alguien le debería haber explicado que esto no es América. El resultado del órdago era previsible: intento improcedente de cachondeo general sepultado por el silencio del respetable, que la osada militante pepera le ha levantado la voz al enano histriónico y lo ha puesto en evidencia sin despeinarse.