Cómo te echamos de menos

12 diciembre, 2010 - Leave a Response

Wikileaks

8 diciembre, 2010 - Leave a Response

Wikileaks es el Hola de la emergente progresía ilustrada, de los (presuntamente) solidarios, preferiblemente ecologistas y/o vegetarianos, intelectualoides abonados a la cultura gafapasta, militantes del imperialismo, adoradores de Noam Chomsky, perroflautas y todos los estereotipos que encajen en este -ya- clásico perfil.

NO CONTROLES (via Bloguionistas)

6 diciembre, 2010 - Leave a Response

por Pianista en un Burdel. ¿Sabíais que el aeropuerto de Londres-Stansted es el más moderno de los cinco aeropuertos de Londres? ¿Sabíais que la terminal fue diseñada por Norman Foster; que es una estructura oblonga de cristal con techo flotante en forma de pirámides invertidas que proporciona una cantidad insólita de luz natural al interior, y que además da la impresión de ser un cisne levantando el vuelo? ¿LO SABÍAIS? Yo tampoco. Pero ahora sí … Read More

via Bloguionistas

Follaréxico-a

2 noviembre, 2010 - 2 respuestas

Qué bien, he inventado un término nuevo. Follaréxic@ no sale en gúguel ni en ninguna parte. Dentro de una semana se habrá popularizado y todos los niñatos lo usarán en sus twenty’s. Lo sé muy bien porque yo inventé los términos ningunear y Follarín de los bosques y nadie lo sabe. Lo cuento aquí para que quede constancia de que soy un genio como Sofía Mazagatos.

Un día feliz

31 octubre, 2010 - Una respuesta

Febrero de 2010, en alguna parte

La abuela me regaló mi primer libro cuando tenía cinco o seis años. La pobre estaba empeñada en que me aficionara a las letras. Se titulaba ‘Un día feliz’. No recuerdo el autor; sí el argumento aunque muy difuminado por el paso del tiempo. Narraba la historia de una niña que se perdía en un parque japonés, se encontraba con un viejecito amabilísimo y pasaba un día ideal junto a él. Ignoro cómo llegó la niña hasta Japón. Supongo que los ingredientes de esta historia hoy hubieran conformado un panorama macabro. En la mochila de mi memoria todavía conservo una sensación: me fastidió que la niña regresara con su madre. Era el final correcto pero yo no quería que el día feliz ni el libro se acabaran.
El día feliz con el que me obsequió mi abuela me invita a establecer nexos impostados. Cualquier excusa es buena para embriagarme con el perfume la evasión.
El día de hoy, como tantos otros días, no ha sido precisamente feliz. Ha sido una jornada rutinaria, maratoniana, asquerosa y repugnante. Y aún continúa. Sin embargo, en lugar de completar el cuadrante de mis deberes he decidido perder el tiempo en escribir estas líneas a modo de desahogo.
Hace unos días, sin ir más lejos, podría hacer cuadrado un ‘día feliz’, pero si lo hubiera permitido carecería de razones para quejarme. Y eso sí que no. Si me hubiera limitado a disfrutar de aquella jornada con naturalidad me habrían embargado un manojo de prejuicios. Si lo razono desde un punto de vista objetivo fue un día feliz y punto, pero la realidad es que me entretuve en autosabotearme la jornada impidiendo que mis sentimientos fluyeran con naturalidad. En lugar de disfrutar del momento me centré en descontar los minutos a las horas y los segundos a los minutos. El resultado era previsible: el día siguiente fue aun peor que el anterior porque me jorobaba haber desperdiciado este último…

Moraleja: ni días felices ni deberes cumplidos.

Crónica anticipada de otra mala faena

23 octubre, 2010 - 5 respuestas

La renovada plantilla zapateril luce como un mejorado cartel taurino. Al frente, el único espada de la antigua escuela que le queda al socialismo patrio. Completa la terna más destacable una debutante con relumbre impostado que jamás ha dado un palo al agua, y una reputada chaquetera que ha escalado desde provincias hasta Madrid en tiempo récord.
Se prevé una faena compleja y deslucida con el capote, aunque justo es reconocer que la suerte del estoque la manejan con maestría y ‘previsiblemente’ será ejecutada a volapié
Se barrunta que los 46.951.532 de astados, de casta noble y brava, embistan con dureza.
Pitidos y almohadillas aseguradas en este último intento desesperado (¡y van…!) para tratar de salvar el culo. Perdón, quería decir la fiesta, la fiesta.

La mina online

13 octubre, 2010 - 2 respuestas

En la tele hay una gorda impresentable novia de minero resucitado que dice que le van a dar una casa y que se siente como lady Di. El presidente de Chile y otro listo que no sé quien es le hace la bola mientras ella vive su minuto de gloria. Al desgraciado se lo han llevado envuelto en mantas con cara de poema. Pobre hombre, yo me hubiera quedado en la mina.

La reina se merienda a la cateta de su nuera

26 agosto, 2010 - Una respuesta

No soy yo mucho de hablar de trapos y eso que podría, incluso tal vez debería. Pero hoy lo voy a hacer y de paso le meto un par de rajes a la princesa Leticia, que es un deporte saludable.
El otro día (el resto de) los plebeyos tuvimos la ocasión de leer unas declaraciones en las que la susodicha se quejaba de no tener vacaciones en condiciones. La pobre tiene que estar reventada. Demasiado ajetreo, antes iba a la tele, volvía y poco más. Hay que entenderla. Ahora no da abasto entre el palacio, las niñas, los compromisos, las coca-colas con la Sartorius y las infiltraciones de hialurónico. Sin duda, una vida durísima cargada de responsabilidades.
Pero se ha plantado. Ha cogido a las niñas, al marido, las toallas de playa, la sombrilla y a los guardaespaldas y se han largado unos días de vacaciones a algún lugar secreto. Finalmente han reaparecido en la boda griega del primo de Felipe.
Se rumorea que la nieta del taxista reconvertida en princesa por obra y gracia de su entrepierna (a mucha honra) no tiene buena relación con sus cuñadas. Nada que objetar: una cuñada política puede llegar a ser peor que las siete plagas, aunque estas dos jacas -Elena y Cristina- no parecen malas personas y desde luego carecen de cualquier afectación; pero sobre todo no parecen haberse tragado una estaca, algo que se ha convertido en el estandarte de la ex-periodista convertida en principesa. Pero bueno, allá ellas.
Lo que es indudable es que son muy distintas. Las cuñadas de la heredera consorte, digo.
Pero dejemos los trapos sucios y volvamos a los limpios que lucían en la boda.
Mientras que las infantas han adoptado un look muy alejado del protocolo encorsetado -se trataba de una boda de un hijo de rey sin corona- la princesa se ha embutido un modelito catetito, catetito hasta ponerla en evidencia. La lección de elegancia la ha dado la suegra de la nieta del taxista. Sin afectación, sin miedo y con el aplomo y la seguridad que la caracteriza. Ahhh, qué sinfonía de savoir faire en asuntos de trapos ha dado esta vez la reina.
Dejo y comento pruebas.

Leticia y la corbata de su marido a juego. Si el tono del modelito hubiera sido más claro y el talle más alto, la cosa habría mejorado. Ignoro si es de Varela o lo ha confeccionado una modista de Pozuelo. Qué drapeado tan cerril.


La suegra, con un look hippy-provenzal exquisito. Sabiamente pasota, impecable. Al día siguiente se vistió de tiramisú rojo, pero ella puede. Las reinas de verdad –no como Rania, la eterna miss Jordania– es lo que tienen, un punto de excentricidad baturra, una suerte de histrionismo friki que a mí me encanta.


Todos los cuñados juntos haciendo el paripé. Nótense las diferencias y sobre todo, nótese como también Iñaki sucumbe a la tentación de combinar la corbata con el florido atavío de su señora jaca. ¡Ay, estos parvenues!

Bibi

20 agosto, 2010 - Leave a Response


¿Pero esta chica es tonta o se lo hace?

¿Por qué le tienen tanta rabia los conservadores españoles al acento de Andalucía? ¿Será porque es el del progreso, el de la solidaridad, el de treinta años de cambio permanente que ahora representa políticamente José Antonio Griñán?

A pesar de los pesares, comparto la labor que está haciendo porque considero que sigue siendo necesaria, pero la pobre Bibi da una de cal y ciento de arena. No sé yo si será producto de su juventud, de su inexperiencia o de lo de siempre, es rencor reaccionario, atávico y agresivo que padece la progresía de este país hacia todo lo que rezume peperismo, sea lo que sea. Y hoy parece que ha tocado el zezeo y el seseo, vaya por dios.
Eso sí, en distraer a la peña mientras se suda la camisa en B para salvar el pellejo, no conocen rival.
Revisaré el catálogo de peperos andaluces. Juraría que últimamente se cagan en los muertos de sus homólogos pesoeros. Cagarse en los muertos del prójimo es muy andaluz. Tal y como están las cosas es hasta legítimo.

Españoles según Aline Griffith

30 julio, 2010 - 3 respuestas

Me estoy leyendo el libro de la condesa de Romanones (sí, yo me leo eso y las etiquetas de los champuses también).
Es entretenido y amable, una lectura ideal para la tumbona de la piscina.
Extraigo este párrafo genial:

-Y querida, los españoles son un pueblo realmente democrático. En su mayoría, los gitanos, los pobres, los ricos, los nobles, los pastores y los vaqueros, todos bailan y beben juntos cuando se celebra una fiesta. Son orgullosos e individualistas. No tienen tendencia a la reglamentación como los alemanes. Son envidiosos pero darían la vida por un amigo. Odian las normas y son absolutamente ingobernables. Les gusta de un modo especial quejarse del gobierno, sea el que sea, monarquía, república, democracia. Los han tenido todos.

La Condesa de Romanones es una americana españolizada que ejerció de espía para la OSS (predecesora de la CIA) durante la 2ª guerra mundial. Se casó con un noble español.

Catalunya vol toros

21 julio, 2010 - 6 respuestas

No he escrito nada sobre los Mundiales porque cuando se cumple un sueño lo mejor es disfrutarlo a tope.
Ver una y otra vez las imágenes de la Roja antes, durante y después de la hazaña, leer cualquier detalle y regocijarme en las webs de MARCA, AS, El Mundo Deportivo y casi cualquier diario digital o impreso que cayera en mis manos ha sido mi pasatiempo favorito durante todo este tiempo de resaca.
Comentar el beso de Iker y Sarita me parece una vulgaridad pues todo el mundo lo hace y yo quiero parecer diferente. Además soñaba con que la cogiera en brazos cuando el (gilipollas del) árbitro pitara el final del partido. Que la cogiera y la paseara a lo largo y ancho del campo, ella con el micrófono de tele 5 colgando; él con esa cara de Romeo que se gasta, exultante, empalmado por los efectos de la gloria.
Pero ya pasó.
Sarita e Iker han peregrinado a algún lugar maravilloso a revolcarse sin micrófonos, sin el dichoso Jabulani y sin cámaras. Y yo me he largado a otro mucho mejor para hartarme de escamarlanes y otras exquisiteces con la intención, a la vuelta, de regresar a la Monumental de Barcelona para regalar la peineta de 2010 a los desoficiados antitaurinos.
Pero esta vez no hizo falta que me desmadrara. Eran menos porque el maestro de Galapagar está lesionado; pocos, mal vestidos como siempre y más silenciosos, tal vez por la ausencia de José Tomás o bien porque son conscientes de que dentro de unos días podrían salirse con la suya ya que el PSC haciendo gala de la manera de proceder que acostumbra -donde dije digo, digo Diego, Agustín o Pepe- ha dado libertad de voto -no anónimo- a sus diputados en el último momento. Es decir, que la voluntad del conjunto de la ciudadanía catalana queda representada por la conciencia personal de un puñado de politicuchos que no se sabe dónde cagaron la primera mierda. Ni tampoco importa, entiéndame el hipotético lector, precisamente porque yo no decido sobre las aficiones del prójimo no entiendo porque el PSC sí puede hacerlo en esta ocasión.
En la misma línea están los otros, los españolazos de CIU, obcecados con los iconos patrios –¡y si habla mal de España es español!– aquellos que los funden y confunden con la España de la que ellos se avergüenzan, especialmente en estos días en los que andan encabronados con el Estatut. Es por eso que la Fiesta, si un milagro no lo remedia, va a caer en Barcelona como una venganza cañí. Y les llamo españolazos no sólo a ellos, sino a todos los nacionalistas exacerbados que reniegan con saña de una identidad global precisamente por algunas de las cualidades que derrochan, aparte de montar pollos y saraos día sí y día no para llamar la atención, aunque luego se entreguen a las alegrías de la rojigualda con la excusa de que marcó uno de los suyos (¡grande, Puyol!).
El problema de Cataluña es que desde que los desoficiados amantes de las estultas ideas de Rovira formaron parte activa del govern, aquello dejó de ser lo que era. Si el resto de España antes la miraba con el respeto que merece una auténtica señora, ahora la tierra de los descendientes de los orgullosos payeses parece haber mutado en una arrabalera ordinaria, chillona y rencorosa.
A todo esto, el ciudadano catalán, históricamente adornado con el sambenito de la tacañería atávica ¿acepta o desconoce? que tendrá que rascarse el bolsillo ya que las indemnizaciones, en el caso de que la abolición prospere, se elevan a 300 millones de euros, unos 57 por barba.
Pero Catalunya vol toros, de eso yo no tengo ninguna duda porque así lo demuestra su afición que si ha pecado de algo, es de prudente clandestinidad ante la censura agresiva de algunos grupúsculos de intolerantes consagrados a joder al prójimo.
Si finalmente triunfara el antiespañolismo casposo y rancio, siempre nos quedará Tarragona… digo Ceret.

Jabulana la fulana

8 julio, 2010 - 3 respuestas

España en realidad no juega: baila, danza, coquetea con la caprichosa Jabulani. Y como en cualquier conquista que se precie la esférica se deja magrear; pero meter, lo que se dice meter, la muy calientapollas no consiente hasta el final.
Naturalmente, con esta previsible conducta a los nuestros se les va poniendo cada vez más dura y no cejan en su empeño hasta que la cuelan. Entonces la pretendida se vuelve algo más complaciente aunque para darse a valer aún se permite el lujo de arrimarse a quien no debe. La muy p…

Impagable ayer la comparación entre la envergadura física de los bigardos teutones y el pequeño, fibroso y furioso culé. Se preguntará la corpulenta defensa aria que cómo pudo pasar aquello. Auferdulen!!! Collons!!!. Aquí lo tenemos claro: a Puyol se le inflaron las pelotas por los motivos antes expuestos y embistió a la casquivana Jabulana para que dejara de rozarse con el prójimo, que eso no está bien.
Pero no ha quedado satisfecha. Quiere más y yo la entiendo. Habrá que darle como mínimo otro par de meneos.

La última cima

24 junio, 2010 - Leave a Response

La última cima

La única película que habla BIEN de los curas.
Hacía falta.

Pádel

21 junio, 2010 - Leave a Response

El juez en mitad de un set emocionantísimo durante la final mirando fijamente hacia mi emplazamiento:

Por favor, he dejado bien claro antes que no se puede fumar aunque estemos al aire libre. A los jugadores les molesta el humo. Por favor, repito, no se puede fumar. No fumen, apaguen los cigarrillos

(Eh, tú, la de blanco, apaga de una puñetera vez el cigarro, hostia)

Unas 1000 almas seguían el destino de la mirada del puto juez. Los jugadores, los recogepelotas, las azafatas y hasta un helicóptero que pasaba por allí encima se paró para acusarme.
Declarada culpable en medio de un silencio bestial.
Sentenciada por miles de ojos inquisidores.
Condenada por los cobardes que acataron las órdenes de aquel nazi.
¿Y qué hice yo?
Posar para un fotógrafo que pasaba por allí justo en ese momento. Con el cigarrrillo en una mano y la cerveza en la otra.
Nobleza obliga.

La Leti

19 junio, 2010 - Una respuesta

Tengo olvidada a Letizia. Hace tiempo que no le dedico un rebuzno. La verdad es que hay una razón poderosa: ya no me cae (tan) mal. Mi hermana me comentó que gana en las distancias cortas porque tiene sonrisa de conejo. Y luego me hizo gracia cuando le dieron el garbanzo de plata. Fingió espontaneidad muy bien y dicen que se comió la pringá enterita. Me caen bien las mujeres que comen tocino.
Por último, se colocó las gafas de CQC con una naturalidad incuestionable.
Pero esta mañana, con motivo de los fastos previos a los esponsales de la princesita Viqui de Suecia, me he desayunado una foto de anatomía ósea envuelta en tafetán colorado. Sí, es nuestra princesa palo. Delgada como un junco, seca, escuálida, canija; con unos bracillos tan breves, tan escuetos, que dan ganas de cogerle una vía y bombearle cinco litros de glucosa. La madre que la parió, qué lejos está del prototipo generoso de la hembra mediterránea.

Picaflores

12 junio, 2010 - 8 respuestas

Según la RAE un picaflor es un frívolo inconstante o un pájaro mosca, es decir, un colibrí. Yo los he visto -a los colibríes- encerrados en una enorme jaula especial, ya que necesitan una determinada temperatura constante además de otros requerimientos. Impresiona verlos aletear de uno a otro lado a una velocidad tremenda. En realidad apenas da tiempo de apreciarlos debido al ritmo frenético que utilizan para desplazarse de flor en flor. Es una pena mantener encerrados a unos pajarillos tan hermosos…
Según yo, que soy una herudita inconstante, un picaflor es un señor de mediana edad que peina canas o empieza a peinarlas y desea disfrutar de todo aquello que se perdió por una u otra razón. Generalmente esas razones suelen llevar sus apellidos.
El otro día escuchaba en Onda Cero a Enrique Rojas, el siquiatra opusiano, disertar sobre algunos estados mentales y la verdad es que me embaucó. Ya lo hizo una vez hace muchos años con sus palabras impregnadas de positivismo utópico. El caso es que su forma amable y sensata de razonar despertó de nuevo mi interés y me puse a escarbar. Di con mis dos neuronas en su web y encontré un artículo visionario sobre los picaflores, aunque él ha bautizado el fenómeno con un nombre más poético: el síndrome del último tren.
Describe Enrique con acierto todos los síntomas de este (presunto) síndrome aunque quizá falle en categorizarlo como patrimonio casi exclusivamente masculino. Las mujeres, y cada vez más, también lo padecen. Tampoco acierta demasiado, a mi juicio, en la manera prejuiciosa de calificarlo. ¿Quién no ha dudado alguna vez? Es legítimo dudar; es más, a veces puede llegar a ser sensato y hasta necesario, aunque lo más adecuado (y utópico) sería mantener el compromiso intacto y regenerar de manera espontánea los sentimientos los viernes por la noche durante toda la vida.
Como cura sugiere «educar el deseo», es decir, apretar el culo y aguantar las ganas de salir pitando a buscar la felicidad en otra parte.
La felicidad, don Enrique. O lo que cada uno entienda qué es eso.

Estereotipo del mes

9 junio, 2010 - 3 respuestas

Maricones, antisemitas y progresMaricones, antisemitas y progres.
Más o menos como yo pero en viceversa: pepera, hetero, católica y taurina.
Y eso que todos cagamos por donde amargan los pepinos, que si no…
Pasen y lean.

pd.: Conste en acta que los culpables de este despropósito son los progres, no los homosexuales.

Lianne la perra

19 May, 2010 - 2 respuestas

…Y como estaba preocupada por sus hijos, les metió la cabeza dentro de una bolsa de plástico y los asfixió.

Esta es Lianne, una británica que ha tenido el estómago de compartir media vida con un pederasta en búsqueda y captura a pesar de que ya abusó de una hija que tuvo en un anterior matrimonio. No contenta con ello, se casó con él y le dio un hijo. Convivían los tres junto a otra hija más de la monstruosa Lianne, de cinco años de edad. Al elemento de su marido le han dado caza recientemente y ella, acojonada porque temía que se los quitaran, ha acabado con la vida de sus churumbeles en la habitación de un hotel del Lloret del Mar. Previsora y meticulosa pagó por adelantado el alojamiento, colgó el cartel de «no molestar» en el picaporte de la puerta y se cargó a sus retoños.
No dudo que estuviera como un cencerro dadas las circunstancias, pero es un despropósito que los verdaderos locos, los realmente peligrosos, pasen desapercibidos porque aparenten normalidad. Cambiamos de acera cuando percibimos algún sujeto extraño, le damos esquinazo; huimos de otros elementos discordantes porque no encajan en los roles preconcebidos pero los que constituyen una verdadera amenaza conviven con nosotros, pasan desapercibidos porque tienen coche, hipoteca y un par de churumbeles, hacen la compra el Mercadona y hasta pagan por adelantado la estancia en un hotel de Gerona. Gente ‘comme il faut’ en definitiva. No llaman la atención, no hacen ruido hasta que…

Descansen en paz los dos críos. Ya no corren peligro.

El oráculo del Himalaya

6 May, 2010 - 2 respuestas

Nunca he practicado el alpinismo a pesar de haber hollado algunas cumbres de manual. Sí conozco la montaña y amo el espíritu, el sacrificio y la disciplina que conlleva la práctica de cualquier deporte. Es por ello que sigo la estela de algunos cazadores de nubes.
En estos días se habla de la desgraciada muerte de Tolo Calafat. Es triste, pero la montaña -tanto como el mar- es capaz de tragarse lo que le venga en gana. Y esta vez le ha tocado a él. Triste y duro, pero seguro que era consciente del peligro que encerraba su desafío.

Y ya basta.
En realidad yo quería rebuznar.
En las cumbres heladas de más de 8.000 metros no hay organismos oficiales, ni picoletos, ni policías, ni nada de nada. Sólo nieve, piedras y nubes. Por otra parte, los alpinistas han perdido la vena poética y ahora compiten entre ellos como putas por rastrojo. Y escalar montañas a ese nivel es una afición cara, así que no queda otra que recurrir a spónsores. Cadenas de televisión y multinacionales ponen medios materiales a disposición de los futuros héroes de las alturas para sufragar sus gestas. En estos días, parece ser que se han juntado en el Annapurna los escaladores, los sherpas, alguna cabra perdida, los cámaras, los ayudantes de cámara, el helicóptero y la madre que los parió a todos. La falda de la montaña convertida en una casa de putas, decenas de personas en cada campamento, los teléfonos satélite y los calderos echando humo todo el día para alimentar a esa cantidad de almas. Los héroes bajan destrozados, con los miembros congelados mientras que los sherpas se pasean por las cimas tan panchos cargados con los trastos, campamento arriba, campamento abajo. En fin, sé que es una valoración apresurada y frívola, pero entienda el profesional de las cuerdas que es la sensación que ha suscitado en el profano en la materia. Es lo malo que tiene venderse a cambio de unos buenos crampones. El muerto -después de hollar- al hollyo y ellos a sacarse lo ojos de las cuencas, o lo que es lo mismo: entre puta y puta, taconazo.
Miss Oh, la alpinista coreana que se propuso ser la primera mujer en coronar los 14 ochomiles inició una carrera contrarreloj contra la española (sí, española he dicho) Edurne Pasabán. Las piernas las ponía ella; lo demás la televisión que la subvenciona. En dos años se ha hecho la mitad de su carrera, pero …¡ay¡ su hazaña ha sido puesta en tela de juicio. Dos de sus cumbres son «disputed», es decir, dudosas. No entraré en detalles, teorías, ni en términos en sánscrito porque no es el lugar al que quería llegar. Quiero llegar a otra parte.
A ésta:

Miss Hawley


Esta ancianita con cara de abuela malafollá, de las que no cuenta cuentos a sus nietos sino que los enjabona y frota con un estropajo de esparto…, esta ancianita en realidad es un oráculo, un comité, una autoridad: la notaria de las cumbres del Himalaya.
Ella y sólo ella tiene el poder de legitimar la coronación de un ochomil. El procedimiento es rigurosamente científico: el alpinista sube su cumbre, pincha la bandera de rigor en la roca nevada (inciso: Edurne no quiso pinchar la rojiualda, así que la fotografiaron de manera oficial con el logo de TV1. Qué gran deportista pero qué petarda…) ; sus sherpas, cámaras, ayudantes o la cabra perdida por el monte le hacen la foto con las nubes de fondo; el alpinista baja con sus sherpas, cámaras y ayudantes. La cabra igual se queda allí arriba. Deshacen el camino, se descongelan, descansan y cuando pasan unos días, semanas o meses, el héroe o la heroína tiene que pasar por la piedra de las ochenta y siete primaveras de Miss Hawley. Esto es, entrevistarse con ella, que a pesar de no haber hollado nunca ninguna cima le hará una batería de preguntas y en función de lo que responda, ella y sólo ella legitimará la escalada. ¿Qué por qué? Bueno, pues en primer lugar la ancianita dispone del mayor archivo de datos relacionado con el asunto que nos ocupa y en segundo, porque a pesar de todo el alpinismo es una epopeya y la presencia de Miss Hawley así lo corrobora.

Todavía no toca, maestro

25 abril, 2010 - 20 respuestas

A España se le ha congelado el bostezo esta mañana. Hemos desayunado café con salpicaduras de sangre del maestro de Galapagar porque un toro le ha partido las venas. El trapío del quinto de la tarde se convirtió en traición al tercer aviso. Uno, dos y se lo llevó por delante. A chorros le salía la sangre por la ingle izquierda y en volandas se lo llevaron. Tarde o temprano la borrachera de arte y coraje a la que nos tiene acostumbrados tenía que desembocar en una resaca feroz con forma de hemorragia virulenta. El hombre mutado en leyenda ha resucitado la fiesta con sus locuras cargadas de insolente belleza, pero parece decidido a obsequiarnos con una muerte épica de ésas que recitan los juglares en negrita y cursiva, de ésas que presiden las cabeceras de los rotativos con grandes titulares y abren los informativos en las radios y las televisiones.

Pero no era su hora.

En Aguascalientes se arremangaron los puños de las camisas para reponer el caudal de vida de las venas cada vez más secas del diestro. Decenas de aficionados corrieron a la enfermería donde lo operaban en carne viva, a pelo y sin anestesia. No daba tiempo, se le vaciaba el cuerpo a borbotones y su vida pendía del temple de los que le cerraban las carnes y de los brazos de sus incondicionales.
No era su hora, no, pero todavía nos tiene que dar muchos disgustos aunque siempre nos haya recompensado con la intensidad de su entrega.

Grande Samaranch

21 abril, 2010 - 14 respuestas

Leo con asco el obituario dedicado a Samaranch, ‘cortesía’ de la pluma resentida de Salvador Sostres, un seudointelectual de profesión provocador y catalanotalibán, malo de cojones, retorcido, cutre y rencoroso al estilo de Garzón pero en versión marrullera. En fin, qué se le va hacer. Esto es lo que tenemos: proliferación de rojos y progres de pandereta empeñados en que las nuevas generaciones hereden el rencor histórico que les caracteriza. Putas de la comunicación, mercaderes de la palabra…
Culé tenía que ser.
Que les den por culo a todos.

Coincidí con don Juan Antonio Samaranch en un conocido restaurante barcelonés. El dueño tuvo la deferencia de acomodarlo en la mesa contigua a la nuestra. Tuve que controlarme y ser educada. Me hubiera gustado levantarme y darle un abrazo, pero me conformé con esconder el teléfono móvil bajo el mantel para hacer spam a todos mis contactos: ¡Estoy comiendo al lado de Samaranch!. Ya estaba mayor, pero derrochaba señorío, glamour, saber estar, seny y todo lo bueno que se le pueda suponer a un señor de una dimensión estratosférica. Afortunadamente lo recordaremos por sus hechos, no por las palabras de un descerebrado oportunista que carece de escrúpulos.
Pero yo no quería rebuznar hoy, sino rendirle un homenaje pequeño, ridículo y modesto a Samaranch. Y no se me ha ocurrido mejor forma que renegar de mis dolencias, pasármelas por el forro y pegarme una sesión quasi mortal de ejercicio. Sudada, medio muerta pero feliz, sin apenas dolor (¡milagro, milagro, que beatifiquen a Samaranch!) estoy en condiciones de apostar un mollete de Antequera relleno de jamón -con aceite y tomate- y una caña a que he perdido tres kilos de sebo durante la excepcional gesta.
…Porque yo amo el deporte y gran parte de ese amor se lo debo a la excepcional labor que hizo Samaranch. Y gracias a ese amor, entre otros muchos beneficios y grandes momentos de gozo, mi culo soberano levanta pasiones.
Descanse en paz junto a Bibis, la gran dama que fue su primera esposa.

¡Sig ha vuelto!

18 abril, 2010 - 3 respuestas

No recomendado a menores de edad ni a nadie.

Inner (II)

12 abril, 2010 - 54 respuestas

El tiempo es un bálsamo poderoso que atenúa los sentimientos. Los desdibuja, los tamiza. Sólo quedan los recuerdos -los buenos recuerdos- los que se manifiestan con una sonrisa, con nostalgia y con ternura.
El sufrimiento palidece y el alma, aunque parezca un despropósito, se enriquece.

Un abrazo enorme.

Catetos pero no tontos

11 abril, 2010 - 5 respuestas

Hay mil formas de disfrutar. Tradicionalmente, se suelen asociar el folgar o el buen yantar al placer pero yo soy una esteta y a las mencionadas he de añadir otras fuentes de gozo: el oído y la vista, que pueden ir asociadas o no a las anteriores.
Válgame el conato de disquisición como introducción para dar pie a la narración de la experiencia extrasensorial que experimenté hace unos días.
Me fui de compras a Puerto Banús, como los buenos catetos de antaño. En el manual apócrifo del provinciano imperan algunas normas elementales a la hora de visitar este destino. A saber:
-Hay que ir en festivo y a ser posible acompañados por la familia.
-Hay que arreglarse como si de un domingo de Ramos se tratara.
-Hay paradas obligatorias frente a los escaparates de Vuitton, Armani, Versace y CIA.
-Hay que mirar con respeto acomplejado al gorila de la puerta de los establecimientos anteriormente mencionados. El ciudadano medio no tiene cojones de entrar a ninguno de los establecimientos citados porque el vendedor o la vendedora que se adivina tras las lunas de cristal tiene aspecto de recién salido del Hola, ergo para qué profanar cualquier prenda con nuestras manos sudadas y plebeyas, sepa dios lo que pone en las etiquetas.
-Hay que mirar en las terrazas por si está Julio Iglesias Julián Muñoz echándose una cañita.
-Hay que mirar y admirar los cochazos.
-Y hay que hacerse fotos junto a ellos con cara de soy un pringao y encima lo inmortalizo.
Pero no queremos parecer catetos ¿verdad que no?
Así que pedí a mis acompañantes que hicieran el favor de fingir indiferencia ante los Bentleys, los Ferraris y los Porsches que se pavoneaban por el muelle:

» En verdad os digo que eso es de pobres. Fingid normalidad como si vuestro culo plebeyo estuviera acostumbrado a ser cobijado por esos habitáculos. So porrinos, que eso es lo que sois. Disimulad, que a los pobres y a los catetos no los quiere nadie. Sólo tienen utilidad en la práctica para los políticos: un porrino, un voto. Hale, ya podemos seguir buscando el todo a 1€ que debe de haber uno por aquí escondido y seguro que venden camisetas a cincuenta céntimos con la cara del difunto Alfonso de Hohenlohe Espartaco Santoni serigrafiada…»

Dicho y hecho. Nos aplicamos a ello con devoción mariana.
Caminamos por allí erguidos, muy dignos, hasta llegar a la altura de Casa Antonio. Nos debatíamos entre tirarnos el farol de comer en la terraza (¿y los tupper, coño, es que nadie ha traído tupper?) o bien largarnos con viento fresco a una pizzería de Torremolinos.
Y entonces un rugido celestial se apoderó de mi estómago.
Giré la cabeza instintivamente buscando el origen de aquel bramido delicioso. Dios bendiga a Horacio Pagani. Se deslizaba lenta, suavemente al compás de sus doce cilindros en V. Un rayo de sol me devolvió el reflejo de su majestuosa carrocería. ¡Milagro, milagro! Creí que nunca conseguiría ver uno. Paralizada ante aquel espejismo me mantuve inmóvil, cuadrada como un legionario ante el Cristo de la Buena Muerte para disfrutar de la visión de algo más de un millón y medio de euros en movimiento.
Pero no era yo la única. El silencio invadió el muelle Ribera. Un sentimiento colectivo de envidia y admiración se apoderó del ambiente. Salvo el conductor y la copiloto, los demás éramos penitentes en aquella procesión pagana. Además estábamos en semana santa. Ya me disponía a cantarle una saeta a aquella excelencia de la imaginería italiana cuando uno de mis acompañantes me susurró al oído:
-Roberta, ¿no decías que no nos quedáramos mirando con la boca abierta como los porrinos?
-Calla, porrino. Y haz al favor de llamar a Pepe que ha ido al baño y se lo está perdiendo.
A mi lado estaba Antonio, dueño del conocido restaurante que lleva su nombre, un hombre curtido sin lugar a dudas en las estampas costumbristas de Puerto Banús. También él disfrutaba del acontecimiento. Él, sus empleados y todos los comensales de su establecimiento. Y los niños que paseaban con sus padres. Y los ‘securatas’ y los gorilas. Y los vendedores de las tiendas. Y las rubias oxigenadas. Hasta al fantasma de José Banús Jesús Gil se apareció por allí.
Y el Pagani Zonda se alejó dejándonos grabada en la memoria la imagen de su culo imponente
Antonio nos dedicó una sonrisa compasiva así que decidimos quedarnos allí a hartarnos de gambas. Paramos el mundo un instante porque nos podíamos permitir soñar. Qué coño. Qué buenas estaban las gambas.

pd.:

Hollywood!

3 abril, 2010 - 3 respuestas

Se acaba de ir.
Parapetada tras mi inalterable careta de fiera indómita he aguantado el tipo, le he deslizado medicinas para las cagaleras en la maleta y lo he amenazado por si no regresa a casa rico y triunfante.
Dos minutos después me han pillado fingiendo que ordenaba libros en otra habitación, llorando como una magdalena…
Y aquí sigo.
Cómo duele.

Fer&Ferr

15 marzo, 2010 - 6 respuestas

Fer&FerrLlevo años esperando este momento. Suspiraba por ver a Alonso embutido en su mono rojo, pilotando la máquina rossa. El piloto perfecto en el coche perfecto.
El resultado era previsible. Fernando voló en Bahrein.
No pude ver la carrera apoltronada en un sillón. Volaba en mi propia máquina hacia la tierra del flamante spónsor de Ferrari, qué casualidad. Veo el ‘humilde caserón’ del abuelo Botín desde el lugar en el que escribo estas líneas apresuradas. Esta circunstancia no impidió que hiciera parada, que no fonda, en un garito a pie de autovía. Me pedí un cervezón -iba de copiloto-, un plato de jamón, otro de queso y me enfrenté al plasma ilusionada. No fui la única. El bar de carretera se llenó hasta la bandera. Un padre de familia con sus cuatro hijos encaramados a otros tantos taburetes; un par de vejetes cachondos, una pareja triste que se tomó un respiro, unos moteros que casualmente pasaban por allí;el camarero cabreado porque no daba abasto… todos con la mirada fija en la pantalla. Y Fer salió disparado. Le dejó las cosas claras a Massa para que no haya malentendidos en el futuro y lo demás ya es historia: usar bien la cabeza y formar un tándem perfecto con la máquina que le corresponde. Volar. Volare, cantare, soñare…El resto de la carrera lo disfruté por la radio. Oír puede llegar a ser casi mejor que ver gracias al buen hacer de los grandes comunicadores.
Y ahora me largo a comerme unas anchoítas en Pedreña para celebrarlo.

Sin bragas y a lo loco

26 febrero, 2010 - 11 respuestas

Por segunda vez en mi vida me he visto obligada a prescindir de bragas. Ya sé que hay por ahí presuntos estetas que detestan la palabra ‘bragas’. ¿Pero cómo llamarlas si no? ¿Coulotte? ¿Braguitas? ¿Ropa interior? Me parece una cursilería, demasiado forzado. Yo iba sin bragas y punto.
La primera vez que perdí las bragas fue un verano tórrido, ya muy lejano. Las perdí porque tenía plan; simplemente las olvidé adrede en un cajón. Lo olvidé todo, salvo un ajustadísimo vestido de color turquesa anudado a la cintura. No fue necesario que me desprendiera de él. Qué polvazo, dios mío. Yo lo recuerdo como el polvo de la entreplanta y las estanterías metálicas. Cada uno que contribuya con su imaginación a completar la secuencia aunque no es obligatorio.
Recuerdo también la sensación majestuosa, plena, morbosa, al incorporarme a la mesa con tantas personas; recién follada y sin bragas, sucia, con el fuego de la lujuria todavía dibujado en los ojos, con la piel brillante y sudada. Incluso existe una imagen de ese día. La tomó el culpable de este recuerdo. En ella aparezco sentada, envuelta en turquesa, con las piernas cruzadas (obvio), el pelo deliciosamente alborotado, las mejillas sonrosadas, la mirada brillante, los labios hinchados y henchidos de placer. ¡Ay! Aprovecho para saludar desde aquí a P, qué buenos ratos me procuró el muy canalla: hola P, maestro.
Pero ésa fue mi primera vez. Nada que ver con la segunda.
He estado fuera dos días. Dos días gloriosos. Cuando atravesé el umbral de la puerta del hotel -algo perjudicada, todo hay que decirlo- me dio un ataque de pánico. El vestíbulo abigarrado, decorado con arañas de cristal, estucos y suntuosas molduras, me sumergió en una apresurada reflexión sobre arquitectura. Y como una cosa lleva a la otra, especialmente en mi desordenada cabeza y más en ese estado, el inconsciente, siempre al acecho, llamó a las pechinas. Las pechinas son como bragas, le comenté un día a un compañero mientras disertábamos delante de una Cruzcampo sobre la catedral de Santa Sofía. Pechinas, bragas, bragas, pechinas. ¡Ay, la madre q…! Que no me he traído bragas de repuesto.
Y así fue como pasé la toda la jornada posterior a los hechos que expongo sin bragas, circunstancia que a mí me pareció la mar de divertida. Me hubiera gustado gritarlo a los cuatro vientos. Tan modosita, tan contenida, limpia y arregladita: ¿sabe usted que no llevo bragas porque sólo me he traído unas y paso de hacer la colada en el lavabo? Sujetadores siempre llevo por lo menos tres. Es que soy un poco maniática

14-F II

14 febrero, 2010 - Leave a Response

Finalmente regresé a mi lupanar favorito pero tal y como vaticinaba en mi anterior entrada, el panorama era desolador. Las ofertas de los hoteleros también han atraído a familias completas. Abuelos, padres y nietos se mezclaban indiscriminadamente en la zona de fumadores con los turistas del amor de pexiglás.
Así que yo a lo mío. Me entregué al dolce fare niente comenzando por un tratamiento reparador del cutis. Despatarrada sobre la camilla ergonómica, con una mascarilla pegajosa que me inmovilizaba los músculos faciales, me aburría como una mona, así que le saqué tema de conversación a la Pili, gerente del spa; una virtuosa con las manos…
-Hay que ver cuánto enamorado hay. Estaba anoche el restaurante lleno, conseguí articular.
-Sí, sí.
-Pero parecían muñecos pagados por la cadena (hotelera). Maniquís contratados para la ocasión. Apenas hablaban entre ellos; no gesticulaban, no se reían… en fin.
-Ay, señora Roberta. Si yo le contara.
-¿…? (mascarilla resquebrajada)
-Pues, pues, que esos mismos vienen con las queridas entre semana. Ahora toca sacar a las parientas para cumplir.
Carcajada y mascarilla destrozada. La Pili se aplica con la brocha de nuevo.
-Yo ya no sé ni cuándo saludar. A veces me hago la tonta para no meter la pata…
-Pues ya podrían ser más considerados y cambiar de escenario.
-Uy, que tontería, si eso da igual.
-Hombre, Pilar, no me dirá usted que no es el colmo del descaro.
-Que va, que va (la mar de risueña). Si lo sabré yo bien que he sido querida durante 20 años.
Mascarilla jodida otra vez, esta vez toca la frente, debo de haber levantado las cejas hasta el techo.
-¡Si es muy lógico!Mire usted, con las queridas ellos hablan, se divierten y esas cosas que pide el cuerpo. En cambio con las esposas hay que compartir todas esas rutinas… que si la casa, los niños, las facturas. En fin, el amor se muere. No digo yo que se dejen de querer, no, pero no es lo mismo. Ya sabe usted…
-¿Yooooo? A mí que me registren, Pili. Déjeme usted mona y dios proveerá.
Llaman a la puerta, se nos ha hecho tarde con la casquera. Tengo ‘relajante completo’ con Gustavo, un mago al que consiento que deslice sus manos sobre los pliegues de mi cuerpo… pagando, claro.
Pero antes de abandonar la sala de restauración la Pili se despide de mí alegremente:
-¡Y vuelva usted por aquí con un querido!
(…que no se lo contaremos a nadie, omite, pero yo lo capto)
Es bueno saberlo.

14-F

7 febrero, 2010 - Una respuesta

No encuentro un hotel de lujo decente para el próximo fin de semana. Las cadenas hoteleras se han tirado al barro y no hay garito que no ofrezca cenas románticas con velitas, rosas rojas, masajes expréss… en fin, todos esos detalles almibarados y prefabricados que se supone que alimentan el amor entre dos almas. Pero es que ni el Ritz se escapa de la promoción chabacana. El riesgo de hospedarse durante este fin de semana en cualquiera de estos lupanares temporales es alto. No me excita demasiado la idea de descansar un par de noches entre decenas de enamorados melosos atiborrándose de marisco congelado a las puertas de un polvo -presuntamente- glorioso. Supongo que la mayoría de las hipotéticas víctimas de esas ridículas ofertas son post-adolescentes, separados o divorciados, porque las parejas consolidadas, las que llevan la intemerata soportándose mutuamente con resignación ejemplar no sucumben a los mercachifles hosteleros que se han tenido que bajar los pantalones en vista de que la tiesura se ha apoderado del hipotético huésped porque la cena, la langosta marroquí, las rosas, el tintorro, los tocamientos a manos de una ‘experta’ masajista y todas las aberraciones cursis incluidas en el paquete se ajustan al actual perfil económico del enamorado y sufridor contribuyente.
Muy mal plan, sí.
Y yo que sólo quería ir a follar…

Lascia ch’io pianga

24 diciembre, 2009 - Una respuesta